Nagligivaget: abril 2010

Hay secretos inconfesables, a medias, a voces...y secretos que una esconde por necesidad en ese momento pero que siente que la revientan por dentro, deseosos de salir. Este era y es mi caso. Locamente enamorada de una mujer, manteniéndolo oculto, en mi corazón, en mi vida...sólo algo entre ella, yo y todos aquellos que tengan acceso a la información que se maneja en la red (a veces pienso que deben disfrutar mucho con mi particular telenovela, con mis mails, mis conversaciones y mis cybercalentones).

Estuve un año completamente callada, sufriendo mi secreto en silencio (pero este problema no se solventaba con "hemoal", jejeje). Un buen día, y digo buen porque lucía un sol primaveral estupendo, viajé a la ciudad donde estudié para reencontrarme con antiguos compañeros de peripecias universitarias y juergas varias. ¡Como echaba de menos esas cañitas fresquitas con ellos!!! El día se presentaba increíblemente bueno. Abrazos, besos, alegrías, mil preguntas, mil saludos y todo ello acompañado de cerveza. Una cerveza, otra, otra...muchas cervezas y el descontrol. Fotos, sonrisas, más muestras amorosas y pasamos a las copas. El alcohol empieza a subir y de pronto una de mis amigas se avalanza de manera cariñosa tratando de besar mis labios, como años atrás hacíamos cuando el índice de alcohol calentaba el ambiente y lo que no era el ambiente (siempre desde una perspectiva heterosexual). Retumba en mi cabeza un nooooo, un no que me hace apartarla con una sonrisa pero bruscamente. Lo intenta nuevamente. La sujeto con fuerza y le digo: "- No puedo. No me hagas esto, no puedo y no quiero." Me mira con cara de no entender e insiste, ya es un NO rotundo, mi voz se vuelve grave y me siento seria, ya se ha desdibujado mi sonrisa para dar paso a una expresión nueva en mi, una expresión madura. Mi run-run interior explota y le dijo: "Ven a la barra tenemos que hablar. Tengo que contarte algo". Pido unas copas, sé que me va a sentar genial una copa más, es más la necesito y mientras mi mirada se aleja del mundo siguiendo las manos del camarero, mi mente se concentra en un esquema invisible comenzando una conversación con mi interior para expresarlo con voz...me es casi imposible.
La conversación se desarrolla entre frases entrecortadas, a veces casi inaudible, con lágrimas en los ojos, suspiros. Siento que todo mi cuerpo tiembla, de miedo, de emoción...una sonrisa de ella y un suspiro de alivio. Su respuesta me alivia: "Joder, ya te vale!! Me habías asustado. No me puedo creer que tú, precisamente tú te hayas enamorado y de una tía".
Me comienzo a sentir cómoda, a sentirme bien...a pesar de que no paro de mirar a un lado, a otro para controlar al resto de mis colegas, con el miedo de que hayan escuchado algo. Me siento feliz de haberle contado a ella, a pesar de que me daba mucho miedo.
Mi siguiente pensamiento es llamar a Marta, quiero decirle que ya no es anónima, que hay alguien que sabe que existe, creo que la va a hacer muy feliz.

La tarde transcurre genial, más copas, más risas, yo liberada en parte de mi secreto y todo bien. Llega la noche y todos se van a dormir.

Nos quedamos las dos en el mismo piso a dormir, con lo cual continuamos la conversación. Le hablo todo el tiempo de mis sentimientos, de como es mi amor, le muestro fotos de Marta...no paro de sonreir, tengo una sonrisa de boba perpetua, mi cara debe ser todo un poema.
Me pregunta que si he tenido cybersexo. ¿Perdón cyber...qué?. Y ella comienza a hablarme de una experiencia lésbica que tuvo con una amiga que tenemos en común. Me quedo perpleja, incrédula, asombrada...y escucho una historia que me parece surrealista, sacada más de una peli porno que de una noche alocada de experimentación. La descripción hace que imagine todo, con pelos y señales. Me comenta: "No funcionaba bien aquello...no sé faltaba algo, y tratabamos de follarnos como si tuviesemos pollas. Y eso era lo que faltaba. No creo que te guste el sexo con una tía". No me lo imagino así y cambio la conversación, no quiero hablar de sexo, no me apetece decirle que deseo tanto a mi amor que no me importa como sea el sexo lésbico, que la deseo y punto, más de lo que he deseado a los tíos con los que he estado.
Es tarde y nos vamos a dormir. Nos quedamos a dormir juntas, en una cama de 90...uff, me agobia un poco después de lo que le he contado. Creo que se va a sentir incómoda durmiendo conmigo. Me acuesto y ella comienza a quitarse la ropa lentamente (siempre duerme desnuda y no quiero decirle que no me gusta la idea porque no quiero que sienta que han cambiado las cosas). Comienzo a mirar mi móvil, a entretenerme con algo...me incomoda mucho la situación. Se mete en la cama y me dice que si quiero darle un masaje. Antes se los daba cuando me los pedía. "Estoy cansada no me apetece...lo siento", le respondo agobiada, tratando de salir del paso. No sé como actuar. Cierro los ojos y trato de dormir pero no soy capaz, siento su cuerpo pegado al mío y no hay más cama para deslizarme huyendo de ella...sé que me está buscando, pero no me va a encontrar. Quiero que sea Marta quien esté a mi lado, quiero cambiar ese cuerpo desnudo por el de mi mina linda...quiero que pase la noche y llamarla, contarle lo que ha pasado, el agobio que he sentido y el respeto que siento por ella.
Creo que a mi amiga le pone la situación de haberle contado que estoy con una mujer, es más pienso que me está provocando. Veo como van pasando las horas lentamente. Las seis de la mañana, las doce de la noche en Chile. Me conecto por el messenger del pc de mi amiga ( la dueña del piso), mi amor me está esperando.

Mi amiga, mi confidente despierta...viene hacia el pc desnuda y saluda a Marta. Me despido de mi amor. Mi amiga sigue desnuda mientras yo voy cerrando mi sesión del messenger. Trato de normalizar el momento, aún no entiendo que hace desnuda habitación arriba, habitación abajo. Me levanto de la silla para hacer la maleta, estoy deseando irme a mi casa, quiero salir de allí yaaaa. Pero antes quiero fumarme un cigarro, busco el tabaco y viene ella con el mechero,me ofrece fuego, a la altura de sus pechos. Me parece una falta de respeto por su parte, evito mirar. Se molesta y me dice que si no le gusto, que no entiende porqué la evito así, que si fuese todo como antes yo la miraría y que no me ruborizaría como lo hago ahora. Le explico que antes era un juego y que ahora no, que me gusta una tía, que quiero estar sólo con ella y que es algo serio. No ha entendido nada, nada de lo que expliqué ayer, nada de lo que le explico ahora...no entiende mi relación. Me aturde, me siento confusa. ¿Cómo es posible que me pase esto?soy una bocazas tendría que haber mantenido la boca cerrada...aunque mejor así, ya no hay vuelta atrás.

Han pasado tres años desde que sucedió ésto, casi que no sé nada de mi amiga, dejó de llamarme, de responder a mis mensajes y sólo sé de ella por el "feisbuc". Pensaba que había perdido a una amiga y no, no es así, perdí a una conocida, a una conocida de juergas, de copas...de esas que hay tantas, a una conocida que le gustaba el morbo, lo prohibido, unos refregones, unos besos...una lujuria controlada, sin una finalidad sexual, sin llegar a lo puramnete sexual, dentro de la heterosexualidad, un calentarse por calentarse o por calentar a los tíos, no sé, no lo puedo saber o no lo quiero saber.
Me arrepiento de haberle contado mis sentimientos por mi amor, por mi querida y amada Marta, me arrepiento porque yo buscaba a una amiga, a alguien que me entendiese y que me ayudase a comprender muchas cosas, pero no fue así...me encontré con alguien que sólo quería jugar y yo no estaba para juegos que no llevan a nada.